En 2016 y 2017, los intereses de las empresas y los seguros montaron una campaña para reducir drásticamente las “indemnizaciones por pérdidas programadas”: compensación pagada a los trabajadores lesionados por la pérdida permanente o la pérdida del uso de una extremidad (como una mano, un pie, un brazo o una mano). Afirmaron que estos premios representaban un alto costo para los empleadores y las compañías de seguros que debían controlarse. En respuesta, escribimos un documento técnico que describe las tendencias en los costos de pérdida de programación durante veinticinco años, desde 1992 hasta 2016. El documento mostró que Las indemnizaciones por pérdida de horario no representaron un costo excesivo para los empleadores y, en cambio, son una compensación justa para los trabajadores lesionados.
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